UN PERSONAJE VICENTE EBRI MARTÍNEZ
Aquí sigue vivo el trato comercial
7.02.11 - 00:15 - VICENTE LLADRÓ | VALENCIA. Prior y Cónsul Mayor de la Lonja de los Mercaderes de Valencia
* La joya gótica no sólo es un emblemático monumento, declarado Patrimonio de la Humanidad; la institución mercantil continúa pujante
Todo el mundo conoce que la Lonja de Valencia es un bellísimo edificio, una joya arquitectónica que se considera la culminación del gótico civil mediterráneo y que además fue declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad. Cualquier valenciano sabe dónde está, frente al Mercado Central de la capital, y ha leído incluso, o ha oído hablar con frecuencia de que se denomina La Lonja de la Seda. Así que es fácil deducir que se trata de algo que cumplió su misión en tiempos pasados, cuando era importante por estas tierras la fabricación y el comercio de sedas. Si acaso, los más veteranos recordarán que décadas atrás veían a diario, dentro del Salón Columnario, donde después se instalaba la Exposición fallera del Ninot, a unos señores que se sentaban alrededor de unas mesillas de madera. Tal vez hasta les contaron que aquellos hombres eran comerciantes que trataban de la compra-venta de trigo, arroz, ganado, almendras...
Pero ¿qué ha quedado de todo aquello? ¿La Lonja es únicamente el lujoso reflejo de un pasado esplendor?
Nada de eso. La Lonja, como institución mercantil, está tan viva como antaño; solo que los comerciantes de ahora no tienen físicamente allí su sede cotidiana de contratación, sino en sus respectivos despachos. Los tiempos cambian y es fácil entender que hoy mandan otros modos, y sobre todos ellos, la informática y el teléfono móvil.
Nos lo ha explicado Vicente Ebri Martínez, que es el Prior y Cónsul Mayor de la Lonja de Mercaderes. Lo de la Seda queda para el recuerdo, porque ahí sí que hace tiempo que se pasó a la historia.
Vicente Ebri encarna la tercera generación de una saga de comerciantes especializados en toda clase de cereales y sus derivados y, desde los años ochenta, también en la importación de cafés. Su hijo, también Vicente, está igualmente en el negocio; la cuarta generación.
Café para toda España
El Consulado de la Lonja tiene 130 asociados, entre industriales, comerciantes y agentes comerciales, y están agrupados por gremios: Arroz, Café, Cereales, Frutos secos, Algarroba, Ganado Porcino, Legumbres, Harinas, Patatas, Cebollas, Piensos compuestos, vino y Cítricos, el último en constituirse.
Componen, en conjunto, una de las más importantes partidas de trasiego de mercancías en el puerto de Valencia, aunque últimamente se desvían muchos graneles a otros puertos. Antes, sus unidades de trato eran normalmente los vagones de tren de 10.000 kilos y los sacos de 50 que se cargaban a mano; hoy, en cambio, los camiones trailer de 25 o 27 toneladas que se cargan y descargan mecánicamente.
El año 1986 supuso un cambio fundamental para estos comerciantes, al tener que asumir las nuevas normas derivadas del ingreso de España en la entonces CEE (hoy UE) y terminar el control estatal sobre el comercio cerealístico. Al mismo tiempo acordaron con el ayuntamiento de Valencia dejar de ocupar diariamente el edificio de la Lonja. Antes, en 1980, al liberalizarse la importación de café, la Lonja de Valencia preparó un modelo de contrato que sigue vigente para toda España y que focaliza aquí gran parte de las importaciones. Y entre todas sus funciones, destaca el papel de la Lonja como Tribunal de Comercio y Arbitraje ante posibles desacuerdos o incumplimientos.